La howlita calma al "crítico interno", que a menudo es tan cruel, y reemplaza esa voz por una más compasiva, paciente y diplomática. La howlita nos ayuda a expresar con calma y claridad nuestros propios pensamientos y emociones y a comprender mejor lo que otras personas intentan comunicar, tanto verbalmente como no verbalmente. La howlita es particularmente útil para tratar a los niños bulliciosos de una manera amorosa que, sin embargo, exige su atención y respeto. La howlita puede ayudarnos a manejar mejor el comportamiento grosero o la falta de consideración de otras personas. Libera suavemente el estrés y la irritación de nuestro cuerpo emocional y reduce la ira manifiesta al canalizarla en una dirección productiva. La howlita nos anima a hablar y actuar con verdadera decencia hacia los demás y a fomentar este espíritu humanitario en los demás.

La howlita inspira un razonamiento bueno y reflexivo. Es una piedra maravillosa para los académicos y estudiantes, ya que fomenta el amor por el aprendizaje y mejora la retención de la memoria. Inspira paciencia y la voluntad de observar, experimentar y analizar cuidadosamente antes de sacar conclusiones precipitadas. La howlita enseña discernimiento y puede ayudarnos a dar y recibir críticas constructivas de una manera más aceptable para que sea más fácil aceptarlas e integrarlas. También nos recuerda que debemos ser pacientes con nosotros mismos y con nuestro proceso de aprendizaje, sin dejar de ser ambiciosos y ansiosos por alcanzar nuestras metas.